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Comparativa entre células bipolares y monopolares para cloradores salinos

Los cloradores salinos son cada vez más utilizados en el tratamiento de agua de las piscinas, y sus células electrolíticas son un aspecto fundamental de los mismos.

Por ello, hemos realizado una pequeña comparativa entre las características habituales de uno y otro tipo de célula para su uso en sistemas de cloración salina.

Lo primero que debemos tener claro cuando hablamos de células monopolares o bipolares para cloradores salinos, es importante no confundir este aspecto con el hecho de que la célula sea o no reversible, es decir, que permite invertir su polaridad para realizar operaciones de auto-limpieza. Se trata de conceptos diferentes e independientes.

La principal diferencia se produce en la interconexión que se realiza entre ánodos o planchas de titanio.

En el caso de la bipolar, las láminas externas son las que van conectadas a la salida de la fuente de corriente, estando las centrales sin conectar. En las células bipolares, el el electrodo emite y absorbe carga del mismo signo simultáneamente. De este modo, una de las superficies del electrodo se comporta como cátodo y la otra como ánodo durante un mismo ciclo de polaridad.

En las células monopolares, por su parte, todos los electrodos van conectados a la fuente.

Haciendo un simil, podríamos afirmar que en las células monopolares, sus electrodos están dispuestos en paralelo mientras que en las monopolares están en série.

Como es lógico, tanto las células monopolares como las células bipolares tienen sus ventajas e inconvenientes.

Las células bipolares funcionan a mayor tensión y menor corriente debido a su configuración interna. Esto permite que la electrónica sea más compacta y dependiendo de la tecnología que se utilice más o menos económica, que la que utilizan los equipos que trabajan con células monopolares.

Lógicamente, no es lo mismo utilizar fuentes de alimentación de alto rendimiento, habitualmente más caras y compactas, que utilizar sistemas con transformador, ventilador, etc, que suelen resultar más voluminosos y pesados, pero más económicos.

Las células bipolares necesitan menos intensidad de corriente, lo que afectará también a un menor grosor de los cables y conectores, lo que puede resultar sumamente importante cuando se trata de diseños de alta potencia.

Por lo general, en una célula bipolar se obtiene una distribución de corriente más eficiente, por lo que podremos generar una mayor cantidad de cloro por amperio.

Otro aspecto muy a tener en cuenta, es el de la resistencia y robustez de la célula ante las incrustaciones calcáreas, lo que afectará directamente a un mayor o menor mantenimiento y una mayor o menor necesidad de realizar ciclos de autolimpieza (inversión de polaridad), que son perjudiciales para la vida de la célula.

A este respecto, existen dos opiniones totalmente diferentes entre los que piensan que la mayor separación entre láminas de las células monopolares, implica mayor robustez ante incrustaciones calcáreas, y los que opinan que las soldaduras de unión de las láminas en dichas células monopolares, son precisamente focos de posible incrustación calcárea.

También resulta habitual el planteamiento de que ante un posible problema en la célula, resulta más sencillo de reparar en una célula monopolar que bipolar, aunque todo dependerá del fabricante y del diseño del equipo, por lo que no se puede generalizar sobre este punto.

A nivel de rendimiento, no es posible afirmar que una tecnología sea más eficiente que la otra, ya que depende de múltiples factores más allá de la interconexión entre láminas.

Así nos encontramos que esta eficiencia vendrá especialmente determinada por aspectos tales como los recubrimientos catalíticos del titanio (cuanta menor resistencia eléctrica y mayor resistencia mecánica y a la corrosión, mejor), el diseño hidráulico de la propia célula o el tipo de fuente de alimentación que se utilice (preferible fuentes de alimentacion conmutada), entre otros.

Como estamos viendo, además de la calidad de los materiales utilizados en el clorador salino, su diseño y la facilidad de circulación de agua en su interior resultan fundamentales a la hora de su eficiencia y buen funcionamiento.

De hecho, nos podríamos encontrar con equipos que aunque cuenten con los mejores materiales se vean penalizados por un peor diseño y viceversa.

Por tanto, resulta muy complicado determinar si un tipo de célula es mejor que el otro, ya que son muchos los aspectos externos que van a afectar a su eficiencia, resistencia y durabilidad.

Algunos ejemplos relevantes en el mercado:

Puedes encontrar más información sobre cloración o electrólisis salina en nuestro portal especializado La Web de los Cloradores Salinos.

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